Confianza, legitimidad y gobierno abierto comienzan desde adentro

“Es más fácil si conseguimos varias personas y nosotros mismos elaboramos las preguntas, las grabamos y que alguien las diga, así el director puede responder preguntas fáciles”. Lo anterior es una de las expresiones más frecuentes en el marco de una rendición de cuentas al ciudadano, desde que hemos tenido la oportunidad de participar en ellas desde el 2015 en entidades del gobierno colombiano. En nuestra experiencia en los procesos de rendición de cuentas, que va desde su planeación a nivel interno, hasta la entrega de resultados a los ciudadanos, es posible identificar que en casi todas se empieza por el `miedo al ciudadano`, es decir de sus reacciones; además, no se le da la debida importancia a los públicos objetivo ni al objetivo de la rendición; tampoco se da importancia a la legitimidad que está en juego. Según el anterior panorama, surgen algunas inquietudes: ¿Cómo la confianza y la legitimidad de una entidad al servicio ciudadano puede ganarse con un público externo si, ni siquiera se ha pensado en el público interno? ¿Es reconocido el gobierno abierto por generar cambios de cultura y estructurales al interior de las organizaciones? Basta con ver el anacrónico sistema de comunicación al interior de las organizaciones. La gestión en organizaciones gubernamentales del orden territorial no se planea y por lo tanto no se ejecuta, mucho menos se hace seguimiento, aunque se trate de procesos transversales a la organización. Es decir, al servidor público no se le da la debida importancia, como actor vinculante del proceso de legitimidad y apertura. Las evaluaciones son hacia el ciudadano pero nunca al interior de la entidad. Se desconoce, en este sentido, que las organizaciones son entidades vivas, nacen crecen, permanecen pero también se transforman. La mayoría de las empresas de carácter privado piensan en públicos emergentes, mientras que las entidades del estado se centran en públicos adultos, y pocas veces se estudia al interior de las organizaciones, sus públicos y el provecho que podrían sacar de ellos, solo para nombrar un ejemplo el Ministerio de Vivienda cuenta con una planta de servidores cercana a las 600 personas, de allí que el porcentaje de Millenials sea del 40 del total de la planta, lo que deja entrever que la fuerza innovadora, generadora de ideas y particular en su formas de comunicación se acople a ese 60% de servidores que tiene una forma distinta de concebir el mundo y el entorno. Experiencias exitosas resultan de la combinación de comunicación interna gubernamental y las experiencias de servidor público, sin olvidar ser ciudadano y queremos contárselas. Creemos el dialogo.